Sin duda, en el espectro más amplio de la vida, la motivación es un factor clave para alcanzar las metas planteadas; y esto es particularmente cierto en los niños que practican alguna disciplina deportiva. En este sentido, te mostramos 5 formas efectivas de mantener a tu hijo motivado en el entrenamiento de las artes marciales.
Consejos para mantener a tu hijo motivado en la práctica de artes marciales
Las señales y mensajes que transmites a tu hijo son esenciales para su motivación. Para cualquier persona, y especialmente para los niños, las metas a largo plazo, como obtener el cinturón negro, parecen estar a una eternidad de distancia, lo que puede resultar desalentador. Los siguientes son algunas recomendaciones que puedes implementar para fomentar la motivación de tu hijo y sacarle el máximo provecho a cada entrenamiento.
1.- Equipara las aspiraciones
Los niños pueden concebir su entrenamiento de forma muy diferente a como lo percibes tú. Si intentas imponerle a tu hijo la mentalidad de “campeón del mundo”, podría desarrollar una percepción negativa de sus propios objetivos y sentimientos hacia las artes marciales.
Los niños quieren complacer a sus padres; por eso, cuando tus aspiraciones no coinciden con las de tu hijo, su motivación puede disminuir considerablemente. Siendo así, es importante que reconozcas que él puede no sentir lo mismo que tú hacia su entrenamiento, por lo que escucharlo te ayudará a apoyarlo de la manera que él necesita.
2.- Elimina el estigma del fracaso
Tener como objetivo primordial evitar el fracaso puede ser una de las perspectivas más perjudiciales que puede tener tu hijo en su viaje por las artes marciales. El fracaso se ve como algo intrínsecamente malo, pero la diferencia entre los perdedores adoloridos y los atletas exitosos es la forma en que abordan el fracaso.
Dedica tiempo a explicarle a tu hijo que el fracaso no es más que una oportunidad para aprender. Estas oportunidades, cuando se manejan adecuadamente, producen cantidades inmensas de crecimiento, lo que no podría lograrse en una racha perfecta de victorias.
Elimina el estigma del fracaso y tu hijo se sentirá mucho menos desanimado la próxima vez que lo experimente. Puede que incluso se sienta motivado para superar ese fracaso y adquirir más habilidades. Recuerda que el fracaso muestra las áreas específicas en las que un niño puede mejorar, lo que es realmente valioso.
3.- Felicítalo estratégicamente
Los niños necesitan que se les reafirme y anime constantemente, sobre todo cuando intentan cosas nuevas. Pero algunos elogios pueden dirigir el subconsciente de tu hijo hacia objetivos que son más perjudiciales que útiles. Un niño al que se elogia más por ganar que por su ética de trabajo empezará a perseguir las medallas de oro en lugar de la mejora personal.
Es bueno que elogies a tu hijo por su esfuerzo y progreso, no por haber ganado. Está muy bien reconocer su crecimiento y desarrollo, pero asegúrate de establecer que siempre estás orgulloso de él, independientemente de su progreso.
4.- Gratificación retardada
En un mundo en el que casi todo se adapta a la gratificación instantánea, las tareas que requieren tiempo y esfuerzo pueden parecer desalentadoras. La gratificación retardada es un fenómeno poco frecuente que prevalece en las artes marciales, por lo que es importante enseñarle a tu hijo a tener paciencia.
El progreso requiere tiempo, especialmente en las artes marciales. El verdadero logro es la persistencia y la determinación, que son aspectos imprescindibles para el largo proceso de las artes marciales.
5.- Mantén la constancia
Los niños son muy empáticos y sentirán tu falta de motivación hacia su entrenamiento. Si no ejemplificas los rasgos que quieres que tenga tu hijo, será difícil que esté motivado. Por eso es crucial que seas constante en brindarle tu apoyo, ánimo y compromiso hacia su entrenamiento.
El camino de las artes marciales, ya sea para tu hijo o para ti, puede ser largo y difícil, pero recuerda que no estás solo. No tengas miedo de acudir a los entrenadores, a otros padres. Todos estamos para ayudarnos a ser la mejor versión de nosotros mismos que podamos ser.