A pesar de que el principio de suavidad en las artes marciales se discute y practica con frecuencia, la idea de que una acción violenta sea contrarrestada con suavidad parece un enfoque contraintuitivo. No obstante, se trata de un factor importante y se encuentra en el corazón de artes marciales como el Aikido, el Judo, el Jiu jitsu e incluso el Kárate. Pero, ¿qué es este principio de suavidad?

Aspectos de ceder

El acto de ceder, si bien parece contradictorio, esconde de hecho un poder sutil que no es inmediatamente obvio. Cuando uno se defiende de un ataque, se supone que debe enfrentarlo con una fuerza que destruya al adversario. Pero ceder se basa en un movimiento que busca seguir las líneas de ataque, en lugar de intentar resistirlas.

Al hacer esto, puedes multiplicar tu propia fuerza con la fuerza del ataque. En otras palabras, puedes derrotar a una persona confiando principalmente en su propia fuerza. La forma en que los diversos estilos interpretan esto es diferente para cada escuela.

Romper el equilibrio

Como se ve en el judo, el acto de ceder puede interpretarse como una forma de romper el equilibrio del oponente, robándole así una buena estructura desde la que atacar. Incluso podemos ver esto dentro de las artes marciales que se basan en el movimiento del cuerpo, atacar el equilibrio del oponente desde el ángulo correcto destruirá su estructura.

Mezclar

El acto de mezclar puede ser visto más prominentemente dentro del Aikido. Muchas de las proyecciones de esta disciplina se basan en la mezcla de la fuerza de un ataque a través del uso apropiado del tiempo, la distancia y el corte de los ángulos. Sin embargo, la mezcla forma parte de muchos sistemas que se basan en el principio de acompañar el ataque, en lugar de atravesarlo.

¿Cuándo ceder?

A veces te encontrarás en situaciones en las que es mejor ceder y otras en las que debes ser frontal. Ceder se asocia con situaciones en las que sientes que no puedes afectar a tu oponente con tu propia fuerza, y en aquellos casos en que consideres que la agresión instantánea puede empeorar la situación o no tener ningún efecto.

Aquí es donde el principio de suavidad toma relevancia. Se espera que en un evento violento o estresante se reaccione con ira o miedo, pero ceder es contrario a estas dos expectativas. Sigues siendo asertivo y activo a la hora de enfrentarte a la amenaza, pero al mismo tiempo le impides a tu oponente contar con algo que pueda utilizar en tu contra. Es este toque de sorpresa lo que da a la suavidad su eficacia.

¿Cuándo no ceder?

No obstante, hay muchas situaciones en la que ceder puede provocar más agresiones. Si te enfrentas a un oponente que carece de convicción, que no golpea con mucha fuerza o que se vuelve más agresivo ante comportamiento sumiso, entonces es necesario utilizar la fuerza de forma asertiva.

Muchas veces, esto significa que eres tú quien da el primer movimiento o intensificas la situación. A nivel técnico, no le ofreces al agresor la oportunidad de atacarte ya que has decidido actuar y neutralizar la amenaza, sea como sea.

Conclusión

La suavidad en las artes marciales es un fenómeno que puede ser extremadamente poderoso, pero que puede ser fácilmente malinterpretado. La gente suele juzgarlo como un simple acto de debilidad o de conformidad, pero esa es una visión errada. La suavidad en las artes marciales enfoca en servirse de la fuerza de un ataque o de una situación y sacar provecho de ella.

Al multiplicar tu propia fuerza y potencial puedes hacer que los efectos de un ataque sean aún más devastadores. Ceder puede ser visto como contrario al objetivo de destruir la amenaza y, sin embargo, es un enfoque que te coloca en una posición de mayor poder.

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