Al repasar los distintos tipos de artes marciales solemos pensar en los numerosos y populares estilos orientales; sin embargo, en cualquier lugar donde exista una historia de autodefensa pueden encontrarse representaciones fidedignas de sistemas de lucha y combate, y esto incluye las islas británicas. En este sentido, hacemos una revisión de los antecedentes de las artes marciales inglesas.

Gran Bretaña siempre ha sido un conjunto de islas habitadas por personas capaces de defenderse. Las espadas, por ejemplo, se han fabricado durante 4500 años y han forjado buena parte de la historia. Por lo tanto, resulta poco creíble el hecho de que las habilidades requeridas para usar tales armas correctamente no se hayan transmitido de generación en generación.

El crecimiento de las artes marciales inglesas

Investigaciones recientes, han revelado la codificación de las artes marciales inglesas en el siglo XVII, sistemas de lucha tan efectivos y antiguos como las disciplinas orientales a las que nos hemos acostumbrado.

La amenaza siempre presente de invasión por vecinos celosos y los períodos de anarquía aseguraron un derecho colectivo a las armas. El porte de estas armas, y por lo tanto la necesidad de las artes marciales inglesas, fue impulsada en la época medieval por el sistema feudal que requería que los súbditos de un patrón estuvieran preparados para luchar por él según fuera solicitado.

Por esta razón, y de forma similar a sus contrapartes orientales, algunas de las armas que se encuentran en las artes marciales inglesas, como el bastón, se basan en implementos disponibles para los trabajadores agrícolas.

Historias de artes marciales inglesas

Uno de los problemas para comprender las artes marciales inglesas es que sus raíces se encuentran en tiempos en que las habilidades y tradiciones se transmitían de boca en boca y poco se escribía, por lo que no se dispone de un registro claro y manifiesto sobre su origen. No obstante, existen algunas historias sobre las destrezas de luchadores particularmente hábiles.

Una de ellas se relaciona con un incidente ocurrido en Nursling, cerca de Southampton, durante la Guerra Civil Inglesa en 1643, cuando un trabajador agrícola armado “con una púa y un buen corazón” fue detenido por dos soldados parlamentarios, quienes sospecharon de un cajón colocado en el carro de heno del rústico y procedieron a romperlo. Fue tal la ira que esta acción desató que el hombre derribó a ambos soldados de sus caballos y los golpeó hasta dejarlos sin sentido.

Un marinero particular

Otra evidencia escrita que relata el alcance de lucha disciplinada involucra a un marinero llamado Richard Peeke. Durante la guerra anglo-española librada a principios del siglo XVII, Peeke se unió a una incursión en el puerto de Cádiz dirigida por el conde de Essex.

Al desembarcar entre un gran número de soldados, Peeke fue atacado por un jinete español, y aunque arrastró al infortunado de su montura, se vio abrumado por un grupo de mosqueteros españoles y llevado al pueblo de Xerez, donde fue interrogado frente a una multitud y varios nobles.

Respondiendo a las burlas de la multitud, Peeke proclamó que los españoles eran “pollos”. Enojado por tal afirmación, un duque de Medina le ofreció al inglés la oportunidad de batirse en duelo con uno de sus soldados. Poco después de iniciada la lucha, Peeke devastó a su oponente y lo obligó a rendirse.

Tras este resultado, tres soldados españoles armados con dagas y espadas se enfrentaron al marinero inglés que solo disponía de un bastón para defenderse. Peeke tardó poco en matar a uno de los soldados y desarmar a los otros dos. Impresionados con la destreza de lucha del hombre, los españoles lo liberaron y lo enviaron a casa, pero solo después de haber sido presentado al monarca español.

Olvidadas en gran medida

Estas historias demuestran las habilidades de muchos ingleses ordinarios de la época, por lo que es triste que, hasta ahora, las artes marciales inglesas hayan sido olvidadas en gran medida. Sin embargo, hay un descendiente directo de estas habilidades: la lucha a puño desnudo, que se incluye como una de las artes marciales inglesas y que con el correr del tiempo se ha metamorfoseado en el deporte que en la actualidad llamamos boxeo.

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