Si estás interesado en iniciarte en un arte marcial para aprender técnicas de defensa personal relativamente efectivas en un ambiente relajado y disfrutar de los beneficios para la salud de la actividad física, cuyo objetivo no es precisamente aumentar los músculos, entonces, tu objetivo es aikido. En otras palabras, con Aikido adquirirás habilidades técnicas y mejorarás tu salud, pero el objetivo principal es de otro orden. Estos dos aspectos son las consecuencias de la práctica y no la finalidad. Conoce la diferencia de Aikido con otras artes marciales.

¿Para quién es el Aikido?

El Aikido es un poco para una clientela particular que busca esta dosis de filosofía y actividad física. De hecho, si buscas sobre todo aprender a defenderte en la calle o convertirte en un campeón de combate en televisión, el aikido no es exactamente lo que necesitas.

Para ello, hay otras disciplinas más adecuadas que te pueden ayudar a alcanzar ese objetivo, como las artes marciales mixtas (MMA), Krav maga, Muy thai, jui jitsu y boxeo, por ejemplo. Estas disciplinas tienen como objetivo enseñarte con bastante rapidez los gestos básicos para defenderte en una situación de agresión y reconocer que incluyen aspectos de efectividad que son más evidentes a primera vista.

Efectividad del Aikido Vs. otras artes marciales

En general, en el aikido también encontramos una amplia gama de técnicas que no tienen un alcance marcial real. Por ejemplo, el trabajo de rodillas “suwariwaza y hanmihandachi”, las muñecas, la espalda e incluso el trabajo con armas de madera son anacrónicos.

Las personas no hemos luchado durante siglos con este tipo de técnicas, entonces, ¿por qué seguir usándolas cuando la mayoría de las nuevas artes marciales las han abandonado? La razón es que siguen siendo útiles desde un punto de vista educativo. Permiten resaltar ciertos aspectos de la práctica que no son evidentes en otros tipos de situaciones: postura, distancia, ki no nagare, control del centro, etc.

Por lo tanto, en aikido, puedes encontrar elementos para una defensa personal adecuada, pero mucho más, porque todas estas técnicas con alcance no marcial también aportan elementos muy enriquecedores desde un punto de vista filosófico.

Recuerda que en todas las situaciones, en todas las técnicas de aikido, encontramos los mismos principios. Son inmutables, si uno de ellos está ausente o falla, la técnica no funciona y pierde su significado.

El Aikido un camino largo para la superación personal

Es mucho más fácil decirlo que hacerlo, por eso el aikido es un camino, a veces largo, hacia la superación personal. Cumplir con las condiciones perfectas para una técnica exitosa no es fácil, por eso en el aikido no medimos el rendimiento y el progreso, simplemente porque no nos interesa, pero principalmente porque daña el desarrollo de una persona.

Como bien sabemos, cualquier filosofía y cualquier desarrollo personal requiere un estado mental relajado y el aikido también, como cualquier técnica, no requiere fuerza.

​El aikido es lo opuesto a un deporte, es por eso que nunca encontrarás torneos, campeonatos u olimpiadas en esta práctica. El aspecto de “cultura física” también adquiere un significado diferente en el aikido. Es por ello que la práctica se realiza en un ambiente amigable con una técnica sin esfuerzo, donde la aptitud física se adapta sin el objetivo de “quemar calorías” o desarrollar músculo.

Aikido y otras artes marciales

Es por eso que el aikido tiene un objetivo que no es la práctica o la aptitud marcial simple, sino que es un arte marcial inteligente, efectivo y completo. Porque el objetivo del desarrollo personal es internalizar elementos filosóficos mediante técnicas marciales. Es una disciplina completa, intelectualmente estimulante y físicamente útil. Una filosofía concreta, un arte de vivir.

​En resumen, es inútil y fútil comparar la “efectividad” del aikido con cualquier otro arte marcial. Cada disciplina tiene sus ventajas y desventajas y dependerá de tus necesidades y objetivos evaluar si el aikido tiene algo que ofrecerte.

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