Todos sabemos que el estado de ánimo puede hacer que nuestro día sea una jornada de provecho o un completo desperdicio. Cuando estamos de buen humor nos sentimos motivados y llenos de energía, lo que naturalmente nos impulsa ​​a entrenar y terminar dando nuestro mayor esfuerzo. Siendo así, exploramos el rol del estado de ánimo y el positivismo en las artes marciales.

Creando un entorno de optimismo y positividad

Cuando un estudiante asiste al entrenamiento de mal humor, con frecuencia muestra una actitud poco entusiasta, llegando a ser apático, indiferente e incluso negligente. Por ello, el mejor momento para entrenar es cuando impera un sentimiento de comodidad, placidez y seguridad. Esa es la razón por las que las escuelas de artes marciales trabajan arduamente para crear una atmósfera positiva, ya que es lo que fomenta resultados positivos.

Para hacer esto, los instructores y maestros se aseguran de que el dojo o gimnasio sea un lugar optimista. Los entrenadores saben que, como líderes de la escuela, tienen el objetivo –y la responsabilidad– de crear en sus estudiantes un estado de ánimo positivo que fomente el aprendizaje y la búsqueda de la excelencia.

En otras palabras, lo que se busca en el gimnasio es proyectar un espíritu positivo y preparar el escenario para estar seguros de que los estudiantes se sientan inspirados para aprender.

Cuando los estudiantes y las familias ingresan al recinto, reciben una reverencia y una sonrisa como saludo. Desde el momento en que entran a la escuela, saben que serán tratados con estímulo positivo. Por lo tanto, no temen ser ridiculizados ni temen al fracaso porque saben que se les animará a seguir adelante, incluso cuando las cosas sean difíciles.

Al crear un estado de ánimo positivo y optimista, los estudiantes no temen probar cosas nuevas, incluso si estas cosas pueden ser desafiantes. Saben que están en un lugar positivo en el que pueden practicar sin temor a equivocarse.

Actitud positiva

En general, la positividad y el optimismo son cualidades que suelen estar asociadas con muchos beneficios para la salud y el bienestar Incluyendo una mejor inmunidad, menor riesgo de sufrir depresión, más y mejores relaciones, mayor felicidad a largo plazo y, en general, una vida más plena.

Más allá de técnicas y movimientos, las artes marciales se enfocan en inculcar en sus estudiantes principios del positivismo, como el optimismo y la resiliencia, entre otros. Para ello, se promueve la introspección y la autoevaluación personal a modo poder encajar en la perspectiva de la superación, el desarrollo y el crecimiento personal.

Al lograr “sintonizarnos” con este enfoque, somos testigos de primera mano de cómo fluye el aprendizaje, así como el sentido de responsabilidad, generosidad, autodisciplina, persistencia y adaptabilidad.

Los artistas maritales deben ser personas que se distingan por tener una actitud positiva en la que puedan apreciar el lado bueno de cualquier situación, y tener ese tipo de visión en el que “el vaso está medio lleno” a medida que hacen de cada desafío una oportunidad. Por supuesto, cabe celebrar cada éxito, como alcanzar un nuevo cinturón, pero esto debe hacerse siempre con un profundo sentido de respeto y humildad.

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