Es frecuente ver niños que presentan problemas de comportamiento. Hay que reconocer que la crianza de los hijos es una tarea que puede ser más compleja y difícil de lo que muchos pueden pensar. No obstante, hay algo que puedes hacer para mejorar el comportamiento. A continuación te mostramos cómo las artes marciales enseñan a los niños valores que pueden usar para mejorar sus vidas, incluyendo la responsabilidad.
Las artes marciales y la responsabilidad
Las artes marciales son el deporte más asombroso para enseñar a estudiantes de todas las edades sobre la responsabilidad. En principio, es una práctica individual, lo que significa que cada quien es responsable de su propio éxito.
Sin embargo, los artistas marciales tienen que trabajar constantemente con otros y mostrar responsabilidad en la forma en que manejan a sus compañeros y equipos. Las siguientes, son algunas de las formas en las que las artes marciales pueden ayudar a forjar, desarrollar y consolidar el sentido de responsabilidad.
Las artes marciales enseñan que la vida es una responsabilidad
La mayoría de las artes marciales tienen la responsabilidad como uno de los valores fundamentales, por lo que los estudiantes aprenden temprano que ser responsable es un requisito en la vida. En consecuencia, verás que tu hijo se vuelve más responsable a medida que avanza en el entrenamiento.
Responsabilidad a través de la disciplina
Si inscribes a tu hijo en una clase de artes marciales, tendrá que asistir a clase al menos un par de veces por semana, lo que representa un compromiso que implica responsabilidad. Consecuentemente y mientras avanzan, los niños aprenden que lograr cualquier cosa en la vida requiere disciplina. En este sentido, los logros de los estudiantes más avanzados sirven de inspiración a los aprendices.
En la sociedad moderna, son muchos los niños que caen bajo la presión de sus compañeros y comienzan a consumir alcohol y drogas. Esto puede llevar a un comportamiento imprudente que podría salirse de control. Sin embargo, con un poco de ayuda de las artes marciales, los niños pueden aprender responsabilidad y disciplina, y con ello vencer la presión de los compañeros y mantener la serenidad.
Establecer metas
Aprender a establecer metas temprano en la vida ayuda a los niños a visualizar y perseguir lo que quieren lograr. La mayoría de las artes marciales como el Kárate tienen hitos que los niños deben alcanzar durante el entrenamiento. En complemento, el instructor recuerda constantemente a los niños que deben entrenar y mejorar.
Interacción social
Al menos una vez por clase, se les pide a los estudiantes que trabajen con un compañero. Esto podría ser en un simulacro de autodefensa, donde están simulando un ataque. O pueden estar trabajando para juntos completar un patrón de movimientos que deben memorizar para probar su siguiente rango.
Pero más allá de las razones, esta interacción revela que existe una necesidad de comunicación y comprensión. Un estudiante que no se preocupa por su pareja y termina lastimándolo, rápidamente se convertirá en uno de los estudiantes con los que nadie quiere trabajar. Ser consciente de esto genera empatía, respeto y camaradería entre compañeros de la misma clase, así como un comportamiento responsable.
Responsabilidad por causa y efecto
Uno de los mayores beneficios de las artes marciales proviene del estilo de entrenamiento de «retroalimentación instantánea». No importa lo que esté haciendo un estudiante, sus acciones tienen consecuencias casi instantáneas y directas. Esto podría ser un estudiante más joven que no se concentra y termina perdiendo el objetivo, o un estudiante que no obtiene su siguiente rango porque no practicó.
Mejor preparados para el mundo real
Como puedes ver, las artes marciales pueden ayudar a tu hijo a aprender la importancia de la disciplina y la responsabilidad, dos rasgos importantes que lo ayudarán a lograr grandes cosas. Las artes marciales no solo pueden ayudar a que la crianza de los hijos sea más fácil, sino que también los prepara para las vicisitudes del mundo real.
La responsabilidad se considera un rasgo de los adultos. Sin embargo, no nacemos responsables; lo aprendemos durante la niñez. Por lo tanto, no dudes en inscribir a tu hijo en una clase de artes marciales, no te arrepentirás.