Aunque la huida es la primera opción para evitar un confrontamiento, correr no siempre es la mejor solución, y en esos casos debes aprender a defenderte. Hay muchos tipos de agresiones, con armas o no y la ventaja de aprender a defenderte con un entrenamiento de defensa personal es que también aprendes a no lastimarte. El tema de hoy es saber cómo aplicar la defensa personal de un ataque en el cuello y en el transporte público.

Recuerda que puedes aprender a defenderte con solo atacar en las zonas blandas o áreas sensibles del cuerpo de tu agresor, como ojos, cuello, rodillas, garganta y genitales para tener cierta ventaja sobre el o los atacantes.

Defensa de ataque en el cuello

Por lo general, cuando un abusador te agarra por el cuello, es para darte un cabezazo. Para defenderte, debes reaccionar cruzando los brazos y colocando los codos contra tu cara. Esto te protegerá del cabezazo.

Para someter a tu atacante, debes romper el agarre de las manos. Para ello, golpea con los antebrazos en la curva del codo del agresor. Luego, contraataca golpeando la garganta del adversario con el codo y realiza un golpe simultáneo con la otra mano en la espalda. Puedes realizar un golpe genital con la rodilla, de esta manera, tu oponente caerá al suelo.

Cuando te atacan con una convulsión en el cuello de ambas manos, es importante que tengas presente 2 cosas: defiéndete del cabezazo que está próximo a venir y tratar siempre de encadenar a tu atacante con percusión.

Defensa personal en un transporte público

Las dificultades en el transporte público se deben al hecho de que los asientos son estrechos o muy pequeños. Sin embargo, las posibilidades de las defensas son mínimas si la persona que es víctima no ha recibido algún tipo de entrenamiento de autodefensa.

Si el agresor está sentado frente a ti, en este escenario, él podría darte una bofetada o pegarte con un gancho. Primero, trata de protégete del golpe que vendrá desde su codo. Para hacer esto, debes llevar tu codo hacia su cara para ganar ventaja.

Simultáneamente, empuja a la persona con la mano y aprovecha este momento de desequilibrio del agresor para levantarte y huir. Tienes que tener cuidado al retroceder, primero asegúrese de que las personas que te rodean no obstaculicen el paso y resulten heridas.

Si el agresor está de pie y finge irse, es posible que lo que haga es agarrarte y llevarte al suelo. En este caso, toma su barbilla y luego toma su muñeca y aprovecha para golpearle el codo con la mano derecha. Es importante durante la fuga que te asegures de que el agresor ya no pueda alcanzarte. Por eso, la intensidad y determinación del golpe cuando despejas al agresor es fundamental. Solo el golpe que le des, será capaz de inmovilizarlo y darte la ventaja de huir.

Ahora ya tienes una idea cómo debes reaccionar o qué debes hacer contra una agresión violenta en un transporte público o de un agarre inesperado por el cuello, empleando las técnica aprendidas en un entrenamiento de defensa personal.

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