En Karate, la sala de entrenamiento se llama Dojo, cuyo significado se divide en dos ideogramas Do y Jo, el primero significa el camino y el segundo representa el lugar. El dojo es, por lo tanto, el lugar donde buscamos el camino. Está asociado tradicionalmente con un código de ética llamado Dojo kun que define los valores necesarios para el entrenamiento físico y filosófico en karate. Aquí te hablaremos un poco sobre las 5 reglas tradicionales del Dojo Kun.

5 reglas tradicionales de Dojo Kun

Se trata de una lista de expresiones afirmativas que los asistentes a una clases de Karate tradicional deben recitar en el Dojo en voz alta y contundente, dos veces: antes del saludo inicial y al concluir la clase. La primera persona en expresar estas frases es el Maestro del Dojo y luego de manera unánime por el resto de los participantes.

Busca la perfección del personaje (Jinkaku kansei ni tsutomuru koto)

Este es el objetivo final del karate do. El primer precepto no da prioridad a la fuerza, velocidad, nivel técnico o habilidad de combate, sino al desarrollo del carácter del estudiante. Esto es lo que el Maestro Funakoshi Gichin insistió en sus escritos. La enseñanza del karate tradicional tiene como objetivo entrenar el carácter del karateka y el respeto por el oponente. La determinación, la sinceridad, el esfuerzo y el autocontrol son valores importantes en el karate.

Sé leal (Makoto no michi o mamoru koto)

El Camino debe ser verdadero, honesto, es decir, no ser un método de conveniencia. Aquellos que no muestran lealtad en la búsqueda del camino del karate se convierten en víctimas de sus ilusiones. Sé humilde y fiel a tu arte marcial, a tu instructor, a tus superiores, a tus compañeros de entrenamiento y a todos los que te precedieron. Pero también es necesario ser fiel a ti mismo.

Supérate (Doryoku no seishin o yashinau koto)

Tradicionalmente, las artes marciales nunca se han enseñado o practicado simplemente como entretenimiento, por lo que es necesario tener paciencia si el estudiante finalmente quiere aprender todos los aspectos del karate. Realizar los movimientos no será suficiente, debes tener una comprensión de lo que estás practicando cuando lo estás practicando. Esto requiere atención enfocada y compromiso total con el esfuerzo. Para llegar allí, tendrás que perseverar y aprender a desarrollar tu paciencia.

Respeta a los demás (Reigi o omonzuru koto)

Simplemente significa practicar la cortesía y respetar la etiqueta adecuada. Actúa hacia los demás como te gustaría que actuemos hacia ti.

Abstente de todo comportamiento violento (Kekki no yuo imashimuru koto)

Abstenerse de comportamientos violentos, controlar tus emociones es extremadamente importante. La mejor pelea siempre será la que evitemos. Es mejor evitar una confrontación que arriesgarse a herir gravemente a otra persona. La acción de autodefensa solo debe tomarse cuando no hay otro remedio posible, cuando no hay alternativa.

Karate deportivo versus karate tradicional

Desde que Karate se introdujo en Occidente a principios de la década de 1950, la forma deportiva y competitiva de Karate, basada en la forma tradicional, no ha dejado de desarrollarse.

Karate tradicional

El Karate tradicional es un arte marcial de origen okinawense que nos enseña cómo usar nuestro cuerpo (pies, puños, rodillas, codos, etc.) para dar un golpe decisivo y controlado que neutralizará a cualquier agresor.

El karate tradicional también tiene un aspecto casi místico, la unión entre el cuerpo y la mente, el control de las energías (chi) y el uso de puntos de presión son algunos ejemplos.

Karate deportivo

En karate deportivo, el participante aprende a sumar puntos con contactos ligeros y controlados. La calidad técnica, la potencia y la precisión tienen poca o ninguna importancia. En kumite (combate) es el primer contacto que cuenta dejando un poco de lado la parte defensiva del karate y más aún los conceptos filosóficos tradicionales.

Entonces, ¿el karate tradicional desaparecerá, será reemplazado por el karate deportivo o evolucionará? El karate tradicional evolucionará, porque debe haber un equilibrio entre los conceptos, la filosofía de antaño y la realidad de hoy.

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