Dar el primer paso en el camino del Kárate o cualquier otra arte marcial puede ser intimidante. Al principio, cuando eres cinturón blanco, te sentirás tan torpe y desorientado; probablemente creas que te desmoronas, y aparecerá la frustración e incluso el aburrimiento. Pero más allá de estas adversidades, ten la seguridad que se trata de un viaje que te brindará grandes recompensas. Siendo así, compartimos todo lo que un cinturón blanco debe conocer.

Importancia del cinturón blanco

El cinturón blanco es uno de los momentos más valiosos en la carrera de un karateca. Con la mentalidad adecuada, el tiempo que pasas como cinturón blanco puede ser emocionante, divertido e instructivo. Es el período de abrir la mente y el corazón para aprender, cambiar y crecer, así como de sentar las bases de las habilidades que te ayudarán en todo tu viaje de artista marcial.

Durante este tiempo obtienes un sistema de apoyo y amigos para toda la vida. Te sentirás motivado de formas que quizás no hayas experimentado antes, y aprendes a confiar en tu intuición y en tus nuevos conocimientos. Los siguientes, son 4 consejos que te ayudarán a arrancar con buen pie tu camino en las artes marciales.

1.- Está bien estar equivocado

Aprender artes marciales puede ser un proceso lento y repetitivo. En el camino cometerás muchos errores que podrían avergonzarte, pero ten presente que harás las cosas mal antes de hacerlas bien, y eso está perfectamente bien, ya que lo realmente importante es aprender de esos de errores.

Busca la orientación de tus instructores, escucha a tus compañeros más avanzados, presta atención a los detalles y trata tus problemas de artes marciales con fascinación en lugar de frustración. Recuerda que en este momento no estás en el tapete para ganar, sino para aprender.

2.- Libérate de lo malo, aférrate a lo bueno

Las artes marciales sacarán lo mejor de ti, pero vez en cuando, también lo peor. Practicar artes marciales es una de las mejores formas de desarrollar la confianza y el respeto por uno mismo, pero puede llegar a ser una experiencia bochornosa. El camino de las artes marciales te pondrá a prueba tanto física como mentalmente, y es posible que tengas que enfrentar algunos malos hábitos persistentes o “demonios” emocionales.

Por ejemplo, un combate difícil puede desencadenar tu mal temperamento o peor aún, tus inseguridades. Puedes llegar a pensar que eres un fracaso o que no eres lo suficientemente bueno para seguir practicando. Como todo en la vida, tendrás buenos días y tendrás días malos, incluso cuando seas cinturón negro. Pero debes confiar en el proceso, perdonarte tus días malos, enorgullecerte de tus días buenos y seguir avanzando.

3.- Cuida tu cuerpo

A decir verdad, el entrenamiento de artes marciales puede ser agotador y, a veces, doloroso. Recibirás golpes, obtendrás cortes, raspaduras, moretones y posiblemente lesiones más duraderas. Tu bolsa de hielo, almohadilla térmica y medicamentos antiinflamatorios pueden convertirse en tus aliados más cercanos.

Aun así, no olvides que tu cuerpo es tu templo, tu medio de expresión, tu arma y tu mejor amigo. Trátalo bien aportándole una buena nutrición, manteniéndolo hidratado, ofreciéndole un buen hábito de sueño y, cuando sea necesario, tratamiento médico adecuado. Escucha las necesidades de tu cuerpo, esforzándote un poco más cuando solo cuando te sientas capaz, de lo contrario, reconoce tus límites, descansa un poco y sigue con tu trabajo.

4.- Disfruta el viaje

Recuerda, no se trata solo de obtener cinturones o asistir a torneos. El cinturón negro es ciertamente un motivador emocionante y digno, pero el verdadero viaje de las artes marciales es tanto mental y espiritual como físico. Cada paso es importante, así que no apresures el proceso.

Todos esos errores, dolores y desafíos dan paso al crecimiento, al perfeccionamiento y al éxito. Mientras recorras el camino hacia el cinturón negro, celebra tus avances, conserva tu humildad, nunca olvides las bases sentadas durante tu etapa como cinturón blanco y sobretodo, ¡disfruta el viaje!

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