Los artistas marciales suelen generar un grito impresionante e intimidante al lanzar una patada o un golpe. En Kárate, Aikido, Kobudo, Kendo o Judo se le llama Kiai; en Taekwondo, se le conoce como Kihap, el Muay Thai lo llama Aish, mientras que en occidente se le conoce como Spirit Shout, y aunque su nombre puede variar entre las diferentes disciplinas, el concepto y la aplicación del grito tienen mucho en común. A continuación, te mostramos 4 razones por las que los artistas marciales gritan.

Razones por las que los artistas marciales gritan

Al igual que la técnica, la disciplina y el dominio del estilo, el grito contundente que emana de la contracción del diafragma juega un papel integral en muchos tipos de artes marciales. Las principales razones por las que los artistas gritan son:

1.- Aumentar la potencia

Gritar asegura que exhalemos en el momento adecuado y crea una mayor coherencia con la técnica que se está ejecutando. El grito reduce el miedo y la vacilación, por lo que el desempeño en ejecución se acerca a la potencia máxima que nuestro cuerpo puede generar. El grito también ayuda a concentrarse y canalizar la energía interior, lo que permite impartir más poder a los puñetazos y las patadas.

2.- Intimidar a los oponentes.

Al igual que un grito de batalla, el grito también sirve como declaración de confianza de un luchador, con la intención de asustar a un oponente, intimidar o expresar un espíritu de lucha. Dejar escapar un Kiai o Kihap feroz con una postura adecuada indica que no retrocederás.

En general, un grito feroz puede asustar e intimidar a un oponente o atacante. Esta exclamación vigorosa es un medio para concentrar el poder de un artista marcial, y cuando se sincroniza con un golpe efectivo, hará que el golpe parezca aún más poderoso y doloroso.

3.- Aumentar la confianza.

El grito, combinado con la posición de lucha, coloca la mente y cuerpo en el gimnasio, dojo o dojang, liberando parte de la ansiedad que naturalmente surge durante un conflicto de la vida real o en un torneo de combate. Este retorno psicológico hace que la mente utilice la memoria muscular, en lugar de intentar pensar demasiado en la situación. Esto optimiza el éxito durante los ataques o en los torneos.

Gritar nos obliga a exhalar, quitando aire de nuestros diafragmas y aportando más potencia y velocidad a nuestros ataques, lo que tiene un impacto positivo en nuestro nivel de confianza. También fuerza una inhalación posterior, que trae oxígeno a nuestros cuerpos.

4.- Proteger nuestros cuerpos

Si vemos venir un golpe y no somos capaces de defendernos, un grito tensará nuestros músculos centrales, lo que reduce el riesgo de sufrir lesiones. Además, el grito puede evitar que te quedes sin aire, ya que los pulmones se han vaciado. Esta exclamación fuerte es una respuesta natural al dolor, por lo que algunos artistas marciales señalan al grito como la forma en que el cuerpo se deshace de un aumento excesivo de ki, canalizando la energía.

No todos los artistas marciales

Si bien existen ventajas asociadas a los gritos concentrados, algunas artes marciales, incluyendo ciertos estilos chinos de Kung Fu y otros deportes de combate como el Boxeo, eliminan la práctica. Esto se debe a que los métodos que emplean estas disciplinas implican largos movimientos explosivos, que requieren que se realicen varias técnicas con una sola respiración. Como las combinaciones de Boxeo y algunos estilos de Kung Fu se ejecutan en ráfagas rápidas, los gritos resultarían contraproducentes, razón por la que evitan hacerlo.

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