Una de las preocupaciones más comunes planteada por los estudiantes, especialmente los principiantes, es: ¿cómo recuerdo las técnicas de defensa personal que estoy aprendiendo? Y, por supuesto, la pregunta que lo acompaña: ¿recordaré cómo hacer esto si alguna vez tengo que usarlo en una crisis real? Para ayudarte en este sentido, te sugerimos 3 formas de recordar las técnicas del Krav Magá.
Casi sin excepción, cada clase de Krav Magá presenta a sus estudiantes ciertos movimientos y técnicas que presentan un poco de complejidad, y es fácil desanimarse si eres nuevo en el aprendizaje de la defensa personal. Si estás en esa situación, seguramente te interesarán las siguientes recomendaciones para recordar las técnicas del Krav Magá que estás aprendiendo.
1.- El método despejar, controlar y contrarrestar
En Krav Magá, despejar se refiere a que tu intención inicial debe ser siempre evitar el daño inminente, lo siguiente es tomar el control del oponente y de la situación, y el contraataque se produce cuando ejecutas una serie de movimientos y técnicas para neutralizar, desarmar o someter a un agresor.
El problema, sin embargo, es que mucha gente pierde esta «hoja de ruta» creando un borrón confuso en sus mentes. La solución es aplicar el método despejar, controlar y contrarrestar a todo lo que se aprende. Pregúntate qué parte de la técnica corresponde al despeje, cuál al control y dónde empieza el contraataque.
Al dividir una técnica en estos 3 pasos, le otorgas a tu cerebro una plantilla que puede aplicar a todas las demás técnicas. La vía neural que se forma al hacer esto se convierte en un hábito, y ocurrirá algo asombroso: pronto te encontrarás desempeñando técnicas en una fracción del tiempo en que solías hacerlo, y a veces incluso instantáneamente.
2.- Varía la intensidad y la velocidad de tus técnicas
Al variar la intensidad y la velocidad de ejecución de tus técnicas, y hacerlo de manera dramática, en realidad le estás enseñando a tu cerebro la distinción entre práctica y aplicación.
Si hacemos una analogía con talar un árbol, practicar una técnica es como aprender a sostener el hacha, a balancearla, a saber qué ángulo elegir para hacer que el árbol caiga en una determinada dirección. La aplicación es simplemente ejecutar lo aprendido; en ese momento no analizas cómo estás sosteniendo el hacha y ciertamente no “olvidas” cómo balancearla o elegir el ángulo, simplemente ejecutas lo que has venido practicando.
Por lo tanto, si te preocupa no ser capaz de dar una respuesta adecuada en una situación crítica, o peor aún, no ofrecer ninguna respuesta, te recomendamos que entrenes y desempeñes tus técnicas a diferentes intensidades y velocidades, esto llevará a tu cuerpo a estar preparado a responder cuando lo requieras.
3.- Visualiza una imagen
Es sabido que la mente consciente opera de una manera lógica y lineal, y procesa alrededor de 40 bits de información por segundo, mientras que el subconsciente habla el lenguaje de las visiones, los sueños y las emociones, y procesa alrededor de 40 millones de bits de información por segundo.
La forma más fácil de aprender e incorporar una técnica es integrarla a la parte de tu mente que puede comprenderla de la manera más rápida y sencilla. Para hacerlo, los desencadenantes más poderosos que puedes utilizar son la visualización y la emoción.
Con cada técnica que aprendas, has el esfuerzo de «verla» desde el exterior, desde la perspectiva de un observador, en tu propia mente. Y, mientras lo haces, imagina cómo te sentirías al ejecutar la técnica con confianza y fluidez, como un verdadero experto.
Este ejercicio mental debe despertar una emoción en ti (orgullo, satisfacción, celebración, etcétera). Canaliza esa emoción y tu mente subconsciente prestará atención y, más que eso, percibirá la técnica como una experiencia positiva con la que querrá jugar.