Más que un deporte, el judo es un arte marcial que enseña verdaderos valores a sus practicantes. Esta disciplina fue creada hace más de 130 años por Jigoro Kano, como un arte marcial japonés basado en una triple pedagogía: física, mental y moral. Conoce por qué ser un judoka es mucho más que aprender Judo.

Ser un judoka va más allá de aprender judo

Más allá de la enseñanza de técnicas físicas, el judo inculca en sus practicantes valores morales, algunos de los cuales están tomados de bushido, que son los códigos de principios morales del samurai. Aunque el objetivo no es convertirte en un samurai de los tiempos modernos, sus valores te seducirán con su simplicidad, su sabiduría y su belleza.

Sobre todo, es importante comprender que en el judo, los valores morales son mucho más importantes que la técnica misma, porque sin respeto y confianza mutua, el judo no podría existir. En particular, cada practicante debe tener confianza en su compañero, porque es él quien realiza la proyección lo que hace que caiga sobre el tatami. De hecho, con una técnica mal ejecutada y una caída mal controlada y el riesgo de lesiones aumenta.

Respeto

El respeto es uno de los valores que te marcará cuando pones un pie en un Dojo. En el centro de éste, se sienta la foto de su fundador, a quien deberás saludar mientras te subes al tatami, y al comenzar la sesión de entrenamiento. También enviamos un saludo a nuestro compañero cuando comenzamos una oposición, y un último saludo, al fundador, al finalizar el entrenamiento y al de bajar del tatami.

La ayuda mutua

La ayuda y prosperidad mutua también gobiernan la práctica de este deporte ancestral. Aunque es un deporte individual, el judo no se puede practicar solo. De hecho, la presencia de un compañero o socio es esencial tanto en el entrenamiento, como en una competencia. Y es al estar en contacto con todos, que progresamos.

Un compañero nos ayuda a mejorar nuestras técnicas en el entrenamiento, y durante una competencia, nuestro oponente nos da la oportunidad de superarnos a nosotros mismos. Ambos, por lo tanto, nos ayudan a progresar.

Un código moral presente en la mente de todos los judokas

Para completar estos valores comunes al código Samurai, el Maestro Shozo Awazu escribió un código moral específico para el judo, donde cada practicante lo asimila desde sus primeras iniciaciones, como una parte integral de la disciplina. Como una regulación interna, cada judoka, sea lo que sea, sabe que debe adherirse a este código moral en cuanto a un código de honor. Y desde el mismo momento en que se pone su kimono para subirse a un tatami, el  judoka debe absorber este código moral para disfrutar a plenitud de su deporte favorito. Es desde entonces, que lo convertirlo en el código moral para su vida.

Este es el código moral del judo de 8 valores que se exhiben en todos los dojos

  • La cortesía es respeto por los demás.
  • El coraje está haciendo lo correcto.
  • La sinceridad es expresarse sin ocultar tus pensamientos.
  • Honor es ser fiel a la palabra dada.
  • La modestia es hablar de ti sin orgullo.
  • Sin respeto no puede nacer confianza.
  • El autocontrol es saber cómo callarse cuando aumenta la ira.
  • La amistad es el más puro y fuerte de los sentimientos humanos.

Estos 8 valores acompañan al judoka a lo largo de su carrera, ya sea en tiempo libre o de alto nivel. Por lo tanto, es muy natural que se transpongan a su vida cotidiana y que le proporcione un marco saludable en el que pueda realizarse íntegramente.

 

Pin It on Pinterest