Como en cualquier otro deporte, el karateka es susceptible de sufrir lesiones. Debido a su naturaleza como deporte de combate, los riesgos inherentes a la práctica del karate se relacionan con mayor frecuencia con el trauma debido a los golpes. Pero existen también lesiones musculares. Conoce aquí las lesiones más comunes al practicar karate.
Riesgos de lesiones al practicar karate
El karate se divide en dos categorías: fuera de competición y en competición. Los riesgos asociados a las diferentes prácticas deben distinguirse de la misma manera, sobre todo entrenamiento indoor con calentamientos, repetición de kata y escenarios. Por lo tanto, hay poco trauma porque los golpes se simulan más que desgastados. Los riesgos de esta práctica son, por tanto, similares a los de cualquier otro deporte.
Tobillos y muñecas
Esta distorsión de los ligamentos es común en los deportes y el kárate no es la excepción. Es una mala recepción o giro demasiado repentino del cuerpo, es el tobillo el que sufre con mayor frecuencia. También ocurren esguinces de la mano: dedos, muñeca, cuando se aferran al kimono del oponente.
Muslos y lesiones musculares
Estas lesiones ocurren cuando el practicante no ha calentado o estirado correctamente. Se ven con mayor frecuencia en los muslos y las pantorrillas, que están muy estresados en el kárate. El entrenamiento serio previene este tipo de riesgos, pero existen tres lesiones musculares que se distinguen por su nivel de intensidad del dolor:
Contracturas
Se indica por el hecho de que un músculo permanece contraído unas horas o incluso tres días después del esfuerzo. Un karateka puede sufrir una contractura si no calienta adecuadamente o si se exige con sus músculos al estirar.
Tirón
Esta lesión es muy dolorosa y más intensa que la contractura, el alargamiento surge de un estiramiento inadecuado. Unos días de descanso serán suficiente para que el practicante pueda recuperarse.
Rotura
La lesión muscular más importante en el karate es la distensión, es una rotura de las fibras musculares provocada por la falta de calentamiento o por un esfuerzo demasiado intenso.
Rodillas – tendinitis
Los tendones estabilizan la conexión entre un músculo y un hueso. Se les asigna una gran contribución al kárate, donde los katas y los ataques son diversos y variados. Una rodilla muy estresada puede ser la causa de dolor intenso para un karateka.
Quemaduras
Al estar descalzo sobre el tatami, el karateka está obligado a cuidar sus pies para evitar complicaciones. Cuando sigue los movimientos, el practicante ‘raspa’ sus pies contra el suelo. Este fenómeno tiene el efecto de quemar la piel superficialmente. En este caso, las cremas protectoras pueden ayudar a prevenir esta lesión.
Bombillas
La fricción del pie sobre el tatami también provoca irritación y ampollas con el tiempo. Sin embargo, el dolor hace sentir incapacitado al karateca durante un combate.
Hematomas
Aunque los golpes están controlados, los hematomas son habituales en el karate en caso de caída o con muletas. Esta masa de sangre presente debajo de la piel suele ser benigna y desaparece después de unos días.
Traumatismos en el rostro
Los ojos, los oídos, la nariz, los labios son zonas de riesgo en combate según las variaciones del karate donde los golpes se perciben con mucha regularidad.
Caderas – artrosas
Para los karatekas que han estado practicando durante más de 30 años, trabajar en un pie puede promover, a la larga, la osteoartritis de la cadera.
Dedos – fracturas
Es la fractura más común en el kárate porque son las extremidades más expuestas durante el combate, debido a una caída o un mal ataque. Si el dedo no está fracturado, puede haber un esguince. Esto le sucede con frecuencia a los pulgares del karateka, cuando agarran el kimono del oponente.
Conclusión
Conociendo bien cuáles son las lesiones más comunes en karate, ya sabrás tomar en cuenta los métodos de prevención para cada una de ellas.