El kime es una palabra que solemos escuchar con frecuencia dentro de las artes marciales, y que puede tener significados diversos según disciplina, por lo cual según expertos afirman suele malinterpretarse.
En el Karate, más allá de una técnica se trata de estilo de vida, un concepto que debe ser interiorizado para su aplicación en cada rutina. Sigue leyendo y te contaremos que involucra en realidad el kime dentro de cada práctica.
Kime, un foco de energía
Etimológicamente podemos asociar la palabra kime al “ki” que significa energía universal; sin embargo también se afirma que proviene del “Kimerú”, que en japonés significa decidir. Lo cierto es que se refiere al poder mental, a la capacidad que tiene la persona de concentrarse y controlar su energía mientras se defiende, para lograr un rendimiento óptimo de sus movimientos.
Cada movimiento que se lanza, lleva consigo un trabajo armónico que involucra fases que los karatekas denominan de relajación y contracción, y esto debe llevarse a cabo en armonía con la mente. No se trata únicamente de golpes y patadas, sino que lleva más lejos la técnica, a un plano de concentración que requiere de disciplina, autocontrol y voluntad.
Antes de cada movimiento, el cerebro envía una orden que desencadena en una contracción de los músculos involucrados, en ese intervalo de tiempo la concentración debe estar enfocada tanto en la contracción de los músculos que ejecutarán el movimiento, como en sus antagonistas (que deben permanecer relajados), y los sinergistas que se activan para apoyar a los agonistas en el lanzamiento.
El aprovechamiento de la técnica está en saber reconocer que músculos se activan, y en lograr relajarlos posterior a la acción para lograr una mayor efectividad.
Se requiere de una armonía física en la que participan varias partes del cuerpo, y una actividad mental que requiere de enfoque, concentración, punto de equilibrio, velocidad y potencia.
La capacidad de decisión
El kime se ejecuta como tal en ese momento que se presenta entre la relajación y contracción de los músculos, se trata de una capacidad de decisión, de saber elegir el momento apropiado para defenderse o atacar, de tener la capacidad de ejecutar cada movimiento con convicción.
La respiración, al igual que en otras disciplinas está involucrada dentro del kime, acompañando cada movimiento, haciendo una especie de danza entre cada inhalación y cada marcaje. Una buena técnica dada con la práctica te permitirá un movimiento con mayor velocidad y potencia, y con menos cansancio como resultado.
A pesar de que la idea central en lo que al kime se refiere es la misma, hay diversidad de posiciones al respecto, y es que algunas escuelas afirman que el kime proporciona la energía para lanzar y frenar los movimientos, mientras que otras indican que al tratarse de energía, requiere de contacto físico para traspasarla al rival.
El Karate, al igual que todas las artes marciales, van más allá del desempeño físico, entrenan a la persona para que controle su energía interna, lo que los lleva a adquirir un dominio de su propio cuerpo que les permite mayor fuerza con independencia de edad, sexo o capacidad física.