Cuando hablamos de educar a los niños, solemos pensar en el aprendizaje infantil asociado a la escuela y el núcleo de la familia. En el caso de las artes marciales como el karate ¿puede este tipo de disciplinas ayudar a mejorar la educación de nuestros niños y adolescentes?

La mayoría de los expertos en pedagogía y bienestar infantil coinciden en que los deportes, en especial, los de combate y defensa personal como el karate infantil, apoyan y complementan la educación de los pequeños y adolescentes. 

A continuación revisaremos las ventajas educativas de las artes marciales y que todo papá, mamá y maestro debe saber para mejorar la actitud mental, el comportamiento de los chicos, las habilidades de socialización y su estado físico.

Ayuda a fijar normas y seguir el orden

A todo alumno de artes marciales se le exige llegar a clases a tiempo y saludar a su maestro de artes marciales y a sus compañeros con cortesía. 

Esta forma educada de comportarse debe ser seguida para mantener el orden, la puntualidad y el equilibrio en el dojo. ¿Cómo lo hace? Con la práctica constante en situaciones como: 

  • Mientras hace la fila para entrar al tatami
  • Al momento de sentarse
  • Antes de competir o practicar en pareja
  • Durante los rituales o exhibiciones de katas
  • En las muestras de agradecimiento al finalizar la práctica

El artista marcial en formación recibe desde el primer momento el código al que se debe ceñir siempre. Esto es muy útil para ayudar especialmente a chicos que tienen problemas de ira, hiperactividad o dificultad para concentrarse. 

Promueve valores como el respeto y la humildad 

Aprender una disciplina donde se enseñan en cada clase códigos, valores y patrones de conducta influye en el logro de niños respetuosos, que se valoran a sí mismo y valoran a los demás. Esto ayuda a formar individuos conocedores del valor del respeto, la cortesía, la paz, la convivencia, la cooperación y la humildad.

Un practicante de las artes marciales aprende de su maestro o sensei que su comportamiento pacifista y correcto debe mantenerse dentro y fuera del tatami. 

Fomenta la importancia del actuar sin violencia

El hecho de saber defenderse y practicar estrategias para contraatacar, como ocurre en el karate, no incluye la agresión ni respuestas violentas hacia otros. Es más, son inaceptables estas reacciones y esto se aplica a todos los demás ámbitos de la vida del alumno.

El autocontrol y el buscar soluciones pacíficas a situaciones conflictivas son herramientas que se aprenden en el dojo, pues forman parte del bushido o las virtudes propias que deben desarrollar los guerreros.

Un practicante de karate lo es las 24 horas

Puede ocurrir en el karate infantil o en cualquier otra disciplina marcial como el aikido, judo o el taekwondo, por nombrar algunos. Lo cierto es que un practicante de las artes marciales debe comportarse con rectitud en todo momento, las 24 horas. 

Es algo muy diferente a lo que puede ocurrir en otro deporte como el béisbol, el fútbol o el tenis. Aunque en ellos se enseñan también valores, en el caso de las artes marciales el comportamiento respetuoso y el tradicional saludo es una condición que es exigida siempre en la clase, antes de hacer cualquier movimiento o dirigirse a los demás.

De esta forma, los niños y jóvenes karatecas, judocas o taekwondistas, por ejemplo, aprenden que siempre deben mostrarse como ciudadanos respetuosos.  

En conclusión, al interiorizar las normas de convivencia, cortesía, no violencia y respeto, aprendidas en las artes marciales, los niños naturalmente pueden extrapolar estas enseñanzas educativas a su escuela, hogar, vecindario o mientras van por la calle.

Existen muchas otras ventajas educativas de las artes marciales y que puedes ver a continuación, en la segunda parte.

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